La Crujía nació a fines de la década del 70 como un proyecto de investigación interesado en estudiar distintas formas de comunicación alternativa y popular. Su primera sede ubicada en San Martín se transformó en un lugar de resistencia para pedagogos, catequistas y comunicadores durante la dictadura militar. Con la llegada de la democracia, el equipo fundador buscó expandir su propuesta mediante cursos y talleres de formación profesional, en un momento en el que en la Argentina aún no había propuestas académicas dedicadas exclusivamente a la comunicación.
Durante los años 80, con el traslado de los talleres a las calles Tucumán y Ayacucho de la Ciudad de Buenos Aires, se inició un nuevo periodo de efervescencia. Con la frase "Un lugar de encuentro" como motor de su propuesta, La Crujía se convirtió rápidamente en un espacio inevitable a la hora de pensar la comunicación tanto alternativa como masiva en nuestra región, encauzando las inquietudes de periodistas, estudiantes, graduados y promotores culturales. Esto, sumado a los cambios acelerados que la tecnología introdujo en el campo de la comunicación a fines del siglo pasado, empujó a los creadores del proyecto a dar una serie de pasos que hicieron más masiva su propuesta. Uno de ellos fue la apertura en 1987 de una librería especializada, la cual se convirtió en una visita obligatoria para quienes buscan material relacionado con el mundo comunicacional en América Latina. El local se transformó en un punto de referencia para todos los interesados en textos de ciencias sociales y humanísticas, ya que agrupa a las editoriales más prestigiosas del campo.
El otro paso consecuente fue la creación en 1999 del sello editorial La Crujía, que rápidamente convocó a muchos de los autores más respetados del rubro. Además de contar con títulos referidos a los medios tradicionales, La Crujía buscó ampliar su propuesta con colecciones de comunicación política, marketing, gestión organizacional, educación y plataformas digitales. La comunicación es un terreno desafiante que presenta nuevas tendencias y búsquedas de forma constante, algo que La Crujía siempre se encargó de reflejar en sus estanterías.
Actualmente ubicada en Viamonte 1984, la librería amplió sus campos de difusión mediante una creciente actividad en las redes y un renovado sitio web. Detrás de estos cambios la motivación sigue siendo contagiar la pasión por los libros, que nunca dejan de ser el más sólido bálsamo de conocimiento en un mundo en constante evolución.