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Novedades de La Crujía, librería y editorial de nuestra Red

Como cada mes, La Crujía comparte sus novedades. Estas alternan la narrativa con temas vinculados al campo educativo sociológico y comunicacional. Contagiando su tradicional pasión por los libros, La Crujía sigue siendo una de las instituciones que animan la vida y cultura de nuestro Distrito. Además, todos los integrantes de nuestra Red de Educación acceden a descuentos exclusivos a través de nuestra Comunidad de Beneficios. Para conocer más acerca de ella, se puede visitar su web oficial haciendo clic aquí.

Raúl

Camilo de Cabo

Abrir la puerta para salir a jugar. ¿Se acuerdan de cuando éramos chicos? Hacerse amigo de otro pibe podía ser lo más fácil del mundo. Verse por primera vez, presentarse, contar de qué cuadro sos, ponerse a jugar y en algún momento preguntar: ¿no querés ser mi amigo? Todo eso en una tarde. Y que del otro lado te dijeran que sí. Abrazarte con esa otra persona como si no te fueras a separar de ella nunca. Así es cuando uno tiene esa edad. Simple. Intenso. Inofensivo. Sin maldad. Después, la vida dirá si esa amistad va a perdurar o solo fue una de la infancia, de un verano, de una tarde. Pero, ¿qué pasa cuando ese amigo no es otro nene del barrio o de la escuela? Cuando ese amigo es... ¿Qué pasa cuando uno crece y esa persona no acepta salir de nuestras vidas? ¿Qué pasa cuando se abrió otro tipo de puerta y lo que salió no es para nada un amigo? El terror se puede manifestar de varias formas, como así también darse a conocer por muchos nombres inolvidables. ¿Los conocen? Uno es Raúl. El otro, Camilo de Cabo. ¿Se animan a salir a jugar con ellos? Leo Oyola

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Tengo hasta ahí. Escribir para chicos y chicas

Florencia Gattari

¿Qué es lo infantil en un libro? O ¿qué es un libro para niños? Florencia Gattari pregunta, ensaya respuestas, arriesga. Avanza con belleza y precisión en su propio costurero de la mente, y nos da una definición. O varias. Porque se mueve en un territorio no definitivo, en un lugar que no arrincona: el de la ficción. Para eso, Florencia Gattari se sirve de recuerdos de su propia infancia y la de otros, de anécdotas, lecturas, conversaciones con pacientes y postales que de tanto mirar hablan: en una sala de espera, en una plaza, en un viaje a Tornquist. Inicios, Terquedades y Pasar a otra cosa son las partes que componen este libro y arman un entramado donde hacer pie o donde seguir con el devaneo, un lugar para pensar, rodear y decir aquello sobre lo que habla sin saber pero igual habla: escribir para chicos y chicas.

Florencia, claro, no pone como ejemplo sus propios textos. Nos trae en cambio a María Teresa Andruetto, a Graciela Cabal, a Ema Wolf, a Nora Hilb, a Alejandra Pizarnik, a Alicia Genovese. Y entonces Tengo hasta ahí tiene un ahí muy amplio. ¡Miren eso! ¡Y eso! ¡Y eso!, parece señalar. Un ahí que es muchas veces otros libros. Lo más generoso que una escritura puede hacer. Laura Wittner, del prólogo.

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Tiempo de escribir

Marina Elberger y Jimena Dib

¿Cómo influyen las lecturas en la escritura? ¿Un escritor debería ser un buen lector? ¿Se puede enseñar a escribir literatura? ¿Qué escribimos en esta época mediada por algoritmos? En tiempos de polifonía y descentramiento de la autoridad letrada, este libro invita a repensar la escritura en sentido plural: aunque a menudo vista como una actividad solitaria, es en esencia una práctica que se ejerce en comunidad. de cada texto, la materialidad del lenguaje (incluidas las normas ortográficas), la escritura en tiempos de inteligencia artificial y, por último, el territorio de la imaginación como espacio para viajar y escribir. Cada capítulo de este libro funciona como razón o como excusa para hablar del origen, los procesos, la materia y el soporte de aquello que escribimos. Para responder a las preguntas del comienzo o elaborar otros interrogantes. Y para poner en práctica la propia escritura. A fin de cuentas, hacer espacio, dar lugar y sentido a eso que deseamos, pero que escasea: el tiempo de escribir.

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