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Novedades de La Crujía, librería y editorial de nuestra Red

Como cada mes, La Crujía comparte sus novedades. Estas alternan la narrativa con temas vinculados al campo educativo sociológico y comunicacional. Contagiando su tradicional pasión por los libros, La Crujía sigue siendo una de las instituciones que animan la vida y cultura de nuestro Distrito. Además, todos los integrantes de nuestra Red de Educación acceden a descuentos exclusivos a través de nuestra Comunidad de Beneficios. Para conocer más acerca de ella, se puede visitar su web oficial haciendo clic aquí.

El silencio es otra muerte
Matías Segreti

Una maldición se cierne sobre un hombre y su hija, una sombra que lo traga todo y arrasa con la familia. En un pueblo desangelado la niña cierra su boca, se transfigura en un fantasma, el horror se apodera de ella hasta dejarla vacía. Se aferra a la vida con un último grito, pero nadie la escucha. Su cuerpo aparece quebrado. El hombre sabe que el asesino de su hija está en un lugar llamado El Cenagal, un punto en el que se encuentran los perdidos de la pampa árida, un tallo roto, una malformación, una anomalía. Los mismos rostros cada día, el mismo sol oscuro que no proyecta sombras, las mismas noches sin viento, sin pájaros, sin insectos, y la hierba amarilla que se desparrama como el pus. En esta novela, Matías Segreti narra, desde la voz del padre, la historia de una joven asesinada. ¿Qué haría un hombre si un amigo mata a su hija? Las señales que se omiten, la invisibilización de las víctimas, el terror dentro de una casa, lo que se espera de un padre y una madre, una historia de violencias y un hombre que se encuentra con su propio infierno.

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No destruya las señales
María Inés Bedia

Si la memoria fuese una tierra "como se le ocurrió a Felisberto Hernández", entonces sería posible viajar por ella. Pero, ¿cómo son sus caminos? María Inés Bedia evoca una trama personal llena de recuerdos de toda clase: felices, dolorosos, reveladores o enigmáticos. Un padre muere y un hijo nace. No queda claro si, a lo lejos, el horizonte pertenece al pasado o al futuro. No hay semáforos ni guías; la viajera debe interpretar las señales y jamás destruirlas, así lo advierten los carteles. De regreso a la infancia, a los objetos maravillosos que la marcaron, y también a su primer amor: Boca Juniors. Temas como la desaparición de su tío en el 76, su rol como abogada de Abuelas de Plaza de Mayo, la pareja y la maternidad, estarán atravesados por flashbacks de la relación con su padre ?marxista, ávido lector y psicoanalista?, que dará un giro inesperado. En un montaje de escenas, se arma como un rompecabezas esta historia sencilla y poderosa, de una persona, una familia, una época. No destruya las señales podría leerse en varias claves, una podría ser literatura del duelo, con la excepción de que no es el sentimiento de la pérdida lo único que nos deja, sino también la gran capacidad humana de sobrevivir y, en uno de los partidos más difíciles, pese a todo, dar vuelta el resultado (Juan Diego Incardona).

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Es solo una película. El cine según Martín Rejtman
Pablo Chernov, Fernando Krapp

Este libro es la continuación del cine de Martín Rejtman por otros medios. Mezcla de autobiografía oral, retrato a coro y tratado de poética cinematográfica. Una historia personal, pero también estético-generacional y, de refilón, una historia del país a secas. En Es solo una película podemos ver el mundo Rejtman, oír su voz, más confiada y abierta que nunca, en esas tres capas de historia superpuestas en una sola pista, de modo que la peripecia más anecdótica cobra valor de principio estético, las ideas se confunden con los chistes, los percances se vuelven métodos y el cine pasa a ser otra vez, por fin, eso que solo sigue siendo en los verdaderos cineastas: una forma de vida. La que retrata este libro es ligera, cómica, disparatada. Por momentos es pura velocidad y acumulación; por otros, contemplación, tiempo muerto. Está llena de ecos y azares, de accidentes y porfías. Transcurre en barrios, casas prestadas, familias de clase media, aeropuertos y hasta en la trastienda de un jet set internacional primerizo, poblado de ciudades europeas de segunda y productores al borde de la ilegalidad. El solo de Es solo una película (título de la primera película que Rejtman filmó en su vida) no tiene que engañarnos. Más que de modestia, es señal de inmanencia y de fe. Cuando Rejtman dice que el cine no es más que el cine, lo que dice es que el cine es todo: toda una vida. Un cine-vida (Alan Pauls).

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